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martes, 29 de abril de 2014

Mil sensaciones entraban por sus extremos, recorrían todo su laberinto de manera que la dejaban ausente, sin saber qué estaba pasando ni cómo había llegado a esa situación..
Veía aquel rostro iluminado, aquel con el que tanto había soñado y que ahora lo tenía cerca, lo podía sentir sin tocarlo, observar cada rincón de él, cada manchita en aquella piel, sentir su aliento, sentir cada palabra que esbozaba.
Fue entonces cuando cerró sus ojos, centró todo su cuerpo en sentir aquel otro, llevó su cabeza a otro lugar lejano, taponó sus oídos, abrió suavemente su boca y soltó aquel primer gemido.

-.Así empezó todo, así terminaría.-